viernes, 16 de septiembre de 2011

La pérdida, organismos unicelulares, dinosaurios, los primeros pasos y playas metafísicas: 'El Árbol de la Vida', de Terrence Malick

¿Cómo se hace una crítica de una película así? ¿Cómo se juzga algo tan inabarcable? Primero, creo yo, aceptando las (innumerables) sensaciones encontradas que deja. Esta crítica (o lo que sea que es) está plagada de contradicciones.



'El Árbol de la vida’ no es un mindfucking como lo puede ser ‘Inland Empire’; el desconcierto que crea no lo genera la ausencia de significados, sino el atropello y abarrotamiento de éstos. Me es imposible negar que, mientras veía esta película, llegué a pensar que Terrence Malick cree que su mierda huele mejor que la de los demás. Efectivamente sí, ‘El Árbol de la vida’ no es una película humilde y contenida. Todo lo contrario, es ambiciosa hasta límites insospechados. Y también pomposa y sobrecargada. Hacer una película sobre la relatividad de la vida y el génesis del universo sin caer en la megalomanía tiene que ser difícil de cojones seguro. Pero, más que por su argumento faraónico y mastodóntico, si por algo resulta intelectualmente fatigosa esta película es por una voz en off, que sí, queda de puta madre en ciertas secuencias, pero que en otras, en vez de dejar respirar a la escena (y de paso al espectador) y que el espectáculo visual quede más natural, abigarra y sobreescribe aún más el tono de la película (ya de por sí denso). De todas maneras, ese es y ha sido desde ‘La Delgada Línea Roja’ el rollo de Terrence Malick. En este mismo sentido, y ya que nombro el argumento, es de recibo alabar la independencia artística de este hombre. Me imagino a mucho autor sin el arrojo suficiente para, si le sale de los huevos, escribir un guión como éste. O, peor, metiéndolo en un cajón para que coja polvo. Porque, voz en off pegajosa aparte, donde de verdad Malick podría haber caído en el esperpento es con el propio diseño de la historia y creo que, si ésta la desnudamos, nos queda una idea base sólida: qué pequeños somos.

Y es que la película se abre con la muerte de un hijo y sus consecuencias: un dolor atroz. Un dolor, que en ese momento, nos parece de una dimensión enorme debido a la cercanía de la cámara y a la expresividad de Jessica Chastain y Brad Pitt (soberbios los dos). A continuación vemos (como nunca se ha expuesto en una pantalla de cine) la inmensidad del Universo. ¿Alguien ha visto una película que ponga en perspectiva lo insignificantemente minúsculos que somos?



Acto seguido, Malick hace una de las mayores demostraciones de puesta en escena que yo he presenciado en mi vida. Incluso alguien que no suela prestar atención a cuestiones técnicas, como la composición del plano, el montaje o la fotografía (impresionante labor de Emmanuel Lubezki), ha de darse cuenta de hasta qué punto Malick exprime los resortes cinematográficos para elaborar no una película, sino una inmersión sensorial. Esto hace que, en realidad, él no necesite en ningún momento una trama o un soporte escrito para mostrar lo que quiere: sólo importan cosas como la imagen, el sonido y la edición; la narración se articula a base de elipsis y encadenados, esa cámara inquieta escruta una infancia que parece que sea la tuya, gracias al grado de precisión con el que se ejecuta cada escena. Precisión que, además de que plástica y estilísticamente es un placer para los ojos, intenta reforzar la continuidad visual entre segmentos (e.g. se rueda igual, con un movimiento ascendente de steady cam, el techo de una iglesia que unas rocas cavernosas prehistóricas; parentescos entre planos y un largo etcétera de detalles visuales similares).

Llegamos al final (de la peli y de este comentario) y aparecemos en una playa. ¿Qué significa? Si alguien saca algo en claro, que me lo explique. Sean Penn (que tiene un cabreo considerable con Malick por acortar notablemente el metraje de su personaje) aparece a fogonazos, vuelve el ritmo sincopado pero tranquilo, parece que vaya a retornar el cosmos a escena… y aparecen unos discretos títulos de crédito.

Y ahí es donde empieza el recorrido de una película que va a perdurar de la misma manera que '2001: Una Odisea en el Espacio': con una ristra de fans sólo comparable a la de sus detractores.






No hay comentarios:

Publicar un comentario