sábado, 11 de septiembre de 2010

Mi problema con los Beatles

Aquí el que escribe a veces siente que, musicalmente hablando, nació en la época equivocada. Pregúntame por música actual y apenas sabré decirte un par de grupos de los que habré escuchado su discografía. No lo digo por esnobismo, sino por mera ignorancia, reduccionismo: cosas de la vida, me pone más palote explorar una época tan fructífera y prolífica como fueron los 60’s y 70’s, o las raíces del blues, del folk o del country. Qué se le va a hacer, me gustaría tener una visión más panorámica y general, pero antes que ponerme manos a la obra con las discos de los Artic Monkeys, de White Stripes o The Strokes, me pongo a requetemachacar Led Zeppelin o a oír por enésima vez a Dylan.


Por consiguiente, y siguiendo esta línea, se caería de maduro que cierto cuarteto de Liverpool pusiese los niveles de mi orgasmatrón musical en cotas estratosféricas. Pero no es así. Toda vez que he oído la discografía entera, como dios manda, Los Beatles serían a la música lo que Spielberg al cine. Son unos maestros, qué duda cabe, pero, en mi escala personal, su gusto por el almíbar y la ñoñería impiden que conecte al 100% con ellos. Siguiendo con el simil cine-música, los Rolling serían Scorsese: más sucios, más salvajes, más viscerales, más auténticos.


Mi ya mentado problema con los Beatles ha ido tal que así:



1º) Prejuicios y desconocimiento:


Amigos, si quieren hablar de manera consecuente sobre un grupo, si quieren tener una opinión bien formada y sólida, no se basen exclusivamente en los recopilatorios y Greatest hits. Eso está bien como primera toma de contacto, pero en absoluto es bagaje suficiente para criticar/alabar un grupo. Dijo un sabio que la memoria la secuestran los cursis. Eso es una verdad como un templo. Pues así funcionan las recopilaciones musicales: se escoge lo más radiado, es decir, lo más comercial, que no significa que sea lo mejor. Pongámoslo en términos prácticos: siempre te vas a encontrar el puto ‘Yellow Submarine’, ‘Help’ o ‘She loves you’… rara vez te toparás en álbumes de carácter recopilatorio con ‘I want you’, ‘Helter Skelter’, ‘A Day in the Life’ o ‘While My Guitar Gently Weeps’, canciones infinitamente superiores. Menos tópicas y relamidas, eso sí.

Al basarse en un recorrido tan corto como éste, uno corre el riesgo de decir cosas tan arriesgadas y carentes de coherencia como ‘Los Beatles están sobrevalorados’ –yo esto no sé ni cuántas veces lo dije- cuando en realidad no estás catando lo que son Los Beatles, sino por lo que son famosos los Beatles. Media un mundo entre estas dos cosas.



2º) Cara a cara con el problema:


En un intento de desembarazarme de cualquier juicio preconcebido, me dispongo a chuparme la disco de los cuatro moñas de Liverpool. Lo hice cronológicamente: craso error. Todo ese pop blando, repetitivo y ñoño está concentrado en la primera mitad de la discografía. A duras penas conseguí acabar ‘With the Beatles’, ‘Help’, ‘The Beatles for Sale’ o ‘Revolver’ (escapa a mi entendimiento que este disco esté tan jodidamente endiosado). A punto estuve de tirar la toalla. Afortunadamente, un amigo me indicó hacía qué discos tenía que orientarme.



3º) Reconciliación y germen de asunto → ‘Abbey Road’, ‘Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ y ‘White Album’:


Incluso el más receloso se tendría que rendir ante la maestría con la que están paridos estos discos. Sin renunciar a su esencia eminentemente popera, se explota el rock, el progresivo y el blues con todo el virtuosismo del mundo. Para mí, el auténtico cénit creativo de estos tíos se halla en esos trabajos de segunda mitad de los 60’s. No existe otra canción con tanto carácter como ‘I Want You’, en la que el tema se estira y estira añadiendo más instrumentos y recursos conforme avanza el minutaje. O ‘Helter Skelter’, canción rabiosa, violenta y que se sale totalmente del canon típico de los Beatles. O el tramo final de ‘A Day in the Life’, que rompe absolutamente el desarrollo de la canción… inconmensurable. En realidad, y en mi humilde opinión de profano de la técnica musical, la genialidad de estos cuatro tíos no se encuentra en las canciones pastelosas , industriales y de evidente consumo masivo con los típicos arreglos comercialoides y previsibles de sus comienzos, sino en la explosión de frescura, instrumentalizaciones riquísimas y mezcla de géneros de sus últimos trabajos. Para mí no hay color.



4º) Conclusión, contradicciones y comparaciones:


Vuelvo al comienzo, como Bill Murray una y otra vez en ‘Groundhog Day’. Los Beatles son como el puto Spielberg. Los fulanos de Liverpool son capaces de hacer una obra maestra como ‘Abbey Road’ y también son los responsables de un cagarro como ‘With the Beatles’. Spielberg es capaz de perpetrar artefactos malolientes del calibre de ‘E.T’ o ‘La Guerra de los Mundos’ y después firmar ‘Munich’ o ‘La Lista de Schindler’. Igualico.

Y por esta misma razón, siempre antepondré a los Rolling, a pesar de que no hay razón de base para compararlos por definición. Por muy cojonudos que sean los discos finales de los Beatles, NINGUNO llega el nivel de ‘Sticky Fingers’, ‘Let it Bleed’, ‘Exile on Main Street’ o ‘Black & Blue’, en el que el grueso de canciones es como morirse y entrar al cielo.